Llegar a viejo es un privilegio al que todos deberíamos aspirar, por eso hoy quiero reflexionar sobre la grandeza de nuestros abuelos.
Ellos son los sabios de la familia, a ellos debemos acudir cuando tenemos dudas o algún problema.
Y no importa su grado escolar o incluso si solo terminaron la primaria, el solo hecho de tener más de edad, más vida, más experiencia, les da la posibilidad de saber más que uno.
Acudamos a ellos siempre, tengamos la paciencia cuando hablan o caminan lento.
Seamos tolerantes cuando nos repiten una y otra vez la misma historia, pero sobre todo, respetemos a nuestros viejos. Y recordemos aquello de «cómo me ves te viste, como me ves te veras».