La Conferencia del Episcopado Mexicano hizo la invitación a quienes participan
en el presente proceso electoral con la intención de alcanzar la Presidencia de la
República, para sostener un diálogo constructivo y compartir sus propuestas sobre
distintas realidades del país.
En un clima de interés y respeto fue recibida este medio día por Mons. Rogelio
Cabrera López como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano Xóchitl
Gálvez Ruiz, candidata de la Alianza Fuerza y Corazón por México quien presentó su
visión sobre la realidad del país y su compromiso para impulsar la solución a los grandes
problemas que nos aquejan para buscar un desarrollo con mayor justicia y equidad para
la población mexicana.
Manifestó desde su experiencia personal y familiar su compromiso con los más
pobres y su afinidad con los valores de la vida cristiana centrados en el amor al prójimo
y el servicio a los demás que aprendió en su comunidad indígena y que confirmó en su
encuentro con el Papa Francisco.
Lo que le mueve a estar en la política no es la búsqueda de poder sino el de servir a los más necesitados y favorecer el desarrollo de todos. En el diálogo con los obispos se plantearon, entre otros temas, la preocupación por el ambiente de división y polarización en que se encuentra la sociedad mexicana.
Habló de la prioridad que tiene en sus programas el apoyo a la familia, tomando en cuenta
de manera especial a la mujer y la educación de los niños y niñas de nuestras comunidades.
En la educación bien orientada y de manera integral está la clave para mejorar el tejido
social tan afectado como queda de manifiesto en el ambiente de delincuencia, inseguridad
y desigualdad social.
También se destacó la importancia de respetar y consolidar las instituciones que
garantizan la democracia y el Estado de derecho para la superación de la corrupción y la
impunidad que afecta de manera grave a nuestra sociedad.
Los militares deben estar en su tarea primordial resguardando la seguridad nacional y la Guardia Nacional y las policías en todos los niveles que deben ser dignificadas y capacitadas para el cuidado de los ciudadanos.
Siempre en el marco de respeto al Estado Laico, pero desde el concepto de la
laicidad positiva, se manifestó con plena disponibilidad para colaborar con las Iglesias en
todo lo que les corresponde para trabajar por el bien común que propicie la armonía y el
desarrollo social.