A solo unos días del regreso a clases estamos en la etapa de las compras de última hora, forrar los libros y cuadernos, comprar o ajustar los uniformes y por supuesto estrenar la mochila.
Hoy quiero reflexionar sobre una materia para la que no se requiere libro, porque ni siquiera aparece en el plan de estudios, aprender a preguntar.
Preguntar es algo que hacíamos de niños, pero con el paso del tiempo dejamos de hacer por una razón. En este país, nos da pena preguntar porque normalmente pregunta el que no sabe, y a nadie le gusta pasar por tonto.
Además, cuando alguien pregunta no falta el que se burla o nos critica. Enseñemos a nuestros hijos a preguntar, es mejor soportar ese momento de vergüenza por no saber o por no entender algo, que vivir en la ignorancia por no atrevernos a preguntar.
¡Pregunta! Porque el que pregunta, siempre aprende.